36 años después


Si bien La Voz del Interior no es un medio de gran agrado, comparto la nota que escribió Eduardo Salas para no pasar por alto un nuevo aniversario del último golpe militar, y reclamar por la impunidad de ayer y de HOY.

36 años corrieron y todavía tantas heridas abiertas. 



Las razones de este 24 de marzo

Desde hace unos años, el Gobierno nacional se empeña en trasformar el 24 de marzo en una suerte de efeméride, en una “celebración”. Eduardo Salas.

  • 24/03/2012 00:01 | Eduardo Salas*
Desde hace unos años, el Gobierno nacional se empeña en trasformar el 24 de marzo en una suerte de efeméride, en una “celebración”. Sin embargo, el 24 de marzo sigue siendo una jornada de lucha contra la impunidad y es el propio Gobierno el que aporta los motivos para que así sea.
Sigue habiendo impunidad para el “ayer”. A nueve años de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, sólo recibieron condena 260 de los 1.800 represores procesados. Otros 280 murieron impunes en ese mismo lapso.
Sólo la mitad recibió la pena máxima de reclusión perpetua y 23 de ellos fueron absueltos. Los archivos de la dictadura nunca han sido abiertos. Los “civiles” implicados no fueron tocados.
A la del ayer, se suma la impunidad del hoy.
No sabemos nada de Julio López y Luciano Arruga.
El 24 de marzo se cumple un mes de la masacre de Once, que está ligada al asesinato de Mariano Ferreyra, 16 meses antes. Los mismos actores están implicados en un negocio extraordinario con malversación de fondos públicos a costa de la precarización laboral (contra la que Mariano luchaba) y la vida de los usuarios (accidentes ferroviarios).
Gracias a la presión popular, José Pedraza, líder de la Unión Ferroviaria, y nueve miembros más de su patota están presos; pero el juicio no comienza, y Claudio y Mario Cirigliano, la Unión de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (Ugofe) y otros no estarán ni siquiera en el banquillo.
De boca del Gobierno no salió una sola palabra de condena para ellos, la mayoría de los cuales siguen atornillados en sus sillones de funcionarios.
Después de Mariano, 12 luchadores fueron matados por la represión oficial o por la “tercerizada” (a cargo de patotas), entre ellos los hermanos Qom, los del Indoamericano, los de Ledesma, Cristian Ferreyra... Estos crímenes siguen impunes. En esta lista deben agregarse las víctimas del abuso policial en todas las provincias; abuso amparado por los códigos de Faltas como el que existe en Córdoba y José Manuel de la Sota quiere reforzar.
Bajo este Gobierno, las libertades públicas y el derecho a la protesta social son fuerte­mente atacados. A los ya más de cinco mil luchadores procesados, hay que agregar la entrada en vigencia de la llamada ley “antiterrorista”, un requerimiento del imperialismo, que hizo su debut contra los luchadores de Famatina, Andalgalá o Belén; es decir, contra quienes defienden el suelo, el agua y la riqueza nacional.
El Gobierno ha montado, también, un sistema regular de espionaje interno a cargo de Gendarmería Nacional (Proyecto X), pero no sólo de ella.
No hay nada para festejar y mucho por lo que luchar. Este 24 marchemos contra la impunidad de ayer y la impunidad de hoy: contra la ley antiterrorista y el espionaje oficial, por el desprocesamiento de todos los luchadores, por el juicio y castigo a los responsables de la masacre de Once, por el juicio y la condena a los asesinos de Mariano, por el salario, por el fin de las tercerizaciones, por la recuperación de nuestros sindicatos contra la burocracia y sus patotas.
*Ex candidato a gobernador por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores


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