No lo conocía.
Leí su inconfundible apellido y no pude más que hacer doble click sobre él.
Kirchner
Mmmm
…...
Ernst Ludwing Kirchner.
Ahora sí.
Alemán, nacido en el año 1880, pintor expresionista y uno de los íconos fundadores del grupo “Die Brücke”, junto a Fritz Bleyl, Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff. Para mí, un revolucionario de los parámetros estéticos y políticos de la época; para los nazis, un degenerado y un impresentable.
Kirchner pintó la sociedad berlinesa tal cual la percibía: con una fuerte burguesía grotesca y bizarra, encabezada por señoras acartonadas y besos artificiales junto a un poder político repugnante y sombrío. Se alejó del realismo y de los colores sin vida de esos años, y potenció la crueldad respirada en aquel período de entreguerra con Ira y violencia de su propia cosecha.
Como les contaba, los nazis lo consideraron como “un degenerado” y optaron por prohibirlo para correrlo del teatro de la Alemania poderosa, superior, de la primer parte del siglo XX. Acto seguido, Kirchner se vió obligado a renunciar a la Academia de Bellas Artes de Berlín en el año 1933.
Además, por esos años se le confiscaron más de 500 obras y en 1937, cuando ya se olía a guerra y Holocausto, se le quitó la ciudadanía alemana. Un año después, se suicidó. Pero las ideas no se matan, decía un tal Voltaire…. ( y las obras cargadas de tanto, por suerte tampoco).
En unos días, vuelvo con crónicas desde Alemania para seguir en tema, digamos...
¡Gran mitad de semana!
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