Paul Nash, que fue pintor inglés nacido en el año 1886, se animó a dar un paso al costado y dejar en la otra vereda al característico clasismo británico. Él se movió entre los pagos del simbolismo y el surrealismo. Pero como buen inglés, claro que comenzó pintando paisajes realistas. Tuvo las dos caras y un eje rector a lo largo de toda su carrera: el asombro por la naturaleza.
Le tocó vivir el horror de la 1° y 2° guerra mundial muy de cerca, ya que para esa época Nash era “artista de guerra”, un cargo de cronista que al parecer era de lo más común en la Inglaterra de la primera parte del siglo XX. Pintó la pesadilla. Paisajes deformados, violentos, intensos.
Observó los ciclos de la naturaleza y puso principal atención en los movimientos del universo. Una de las obras que para mí, y para la mayoría, es realmente suprema es aquella que representa (en una primera mirada) un eclipse de sol y un girasol. Gran hit.
Además, fue uno de los fundadores del grupo vanguardista Unit One en 1933, el cual impulsó hasta su muerte en 1946. Aplaudo al inglés.
Mini reflexión tempranera: Bueno, hoy es miércoles, mitad de semana de una que es particularmente corta. Se vienen las Pascuas y casi me olvido. Mal… porque aunque no sea ferviente seguidora del catolicismo mi familia está bastante cerca, y para mi vieja el almuerzo del domingo y la entrega de huevo de pascua, evidentemente, tiene un simbolismo que excede el festejo de pascuas. Ayer me decía por teléfono si almorzábamos juntas el domingo… ¿¡? Sí ma, que sé yo. Porque es Pascuas, me recuerda. Ahhhh.
Para mí se trata de amor y ganas de estar en familia con excusa de festejo. Así que ahí estaré compartiendo las pascuas como la mayor seguidora de estas fechas.
Mañana vuelvo con novedades para estos días
1 comentario
ufa no tener tiempo para leerlo bien! ya vuelvo uni... muaaaaaaaaaa
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