"Escribir es escuchar" (Rodolfo Walsh)




Al periodismo llegué, digamos, de casualidad. Fue en el 3° - 4° año de la carrera de Comunicación Social, luego de años de chocarme literalmente con los mensajes de liberación, revolución, El Capital de Marx, el signo de Saussure, la mar en coche y hasta la victoria siempre (por si acaso), que colgaban de las paredes y de militantes-alumnos de Sociales.




Los primeros años en la UBA marean, pero te hacen sentir un poco Dios. Entiendo todo. TODO. Voy a descubrir la verdad universal, escribir un tratado de la Vida Misma En Bicicleta y salvar al mundo de la mano de Michael. El CBC te revoluciona, pero eso pasó hace mucho, tanto como una década. Hoy, escribir es el medio que elijo para llegar al otro, transmitir, conectar, unir (nos). -Amo escribir, no sé si tanto como al periodismo-. Ahora tengo pocas certezas, pero son un poco más mías, más reales, elegidas desde más adentro.




Hoy pensaba qué es el periodismo para mí, mientras escuchaba saludos en la radio haciendo alusión a la fecha. Es el oficio de investigar hechos/situaciones/especulaciones y narrarlos, punto. Narrarlos poniendo en juego todos mis sentidos y, en lo posible, los del lector. Digo narrarlos y lector, porque en mi caso elijo la palabra escrita, pero claro que hay muchas más opciones de contar y hacer periodismo.



¿Me decepciono con el periodismo? Un poco cada día. Los medios están jodidos, che. Pero no por ser objetivos o subjetivos, de derecha o izquierda, kirchneristas o del ‘Monopolio’, no. No es por eso. Es por el fundamentalismo con el que viven. Por el extremismo y amarillismo con el que respiran. Me-queman-la-cabeza. Si hay una nube de volcán, alerta porque te va a matar!!!! Si es la gripe XX20, alerta porque te va a matar!!! Si es Tinelli y su show, alerta porque te va a matar!!! Ese extremismo de vivir, horrorizar y cobrar, me mata.




Me expandí y no sé como llegué a esto… pero letitbi.
Focalizo. Quiero compartir unos fragmentos escritos por periodistas que admiro: Walsh y Caparrós.



A través de la creación de la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA) durante la última dictadura militar, Rodolfo Walsh pedía públicamente: Reproduzca esta información –acerca de operaciones de tortura bajo las órdenes de Videla-, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información.



El mismo que acertadamente expresaba la frase que encabeza este post.
El mismo que escribía Operación Masacre (1957) e inauguraba el género de ficción periodística o novela testimonio. Les transcribo un fragmento del capítulo “La Matanza”.




…Ha llegado el momento. Lo señala un diálogo breve, impresionante.
–¿Qué nos van a hacer? –pregunta uno.
–¡Camine para adelante! –le responden.
–¡Nosotros somos inocentes! –gritan varios.
–No tengan miedo –les contestan–. No les vamos a hacer nada.
¡NO LES VAMOS A HACER NADA!
Los vigilantes los arrean hacia el basural como a un rebaño aterrorizado. La camioneta se
detiene, alumbrándolos con los faros. Los prisioneros parecen flotar en un lago vivísimo de
luz. Rodríguez Moreno baja, pistola en mano…


El otro: el historiador y periodista Martín Caparrós.




El centro de Hong Kong es como un aeropuerto falso, como si los ricos de la ciudad tuvieran que convencerse siempre de que siempre están por despegar, que no hay gravedad, de que la partida es una opción continua. (…) En el centro de Hong Kong las personas de bien no caminan por las veredas sino por una red interminable de puentes y galerías que pasan por encima o por debajo de las autopistas, y conectan parkings y edificios infinitos. En esos pasillos al futuro hay negocios lujosos, aire recién importado del ártico, muzak suavemente far east, bares al paso, pisos de mármol, mármoles falsos, mármoles verdaderos que parecen falsos, whiskerías que prometen los famosos cubitos de la Antártida y vidrios limpísimos para chequear de tanto en tanto que el mundo siga andando –allá, lejos, afuera. El flujo no para nunca, de gente semejante: todos se visten imitación Armani o Kenzo, salvo unos pocos que se visten Kenzo o Armani, y huelen a delicias inolvidables. Fragmento de “Hong Kong El espíritu del capital de Larga Distancia.

Si llegaron hasta acá, buenísimo.

Las fotos son del gran fotógrafo documentalista Steve McCurry a quien también rindo pequeño homenaje.



Vuelvo pronto con un nuevo artista semanal

2 comentarios

perez dijo...

Los saludos por el día del periodista me hincharon un poco los coquitos en tuiter, pero a vos te lo digo igual: ¡feliz día, Gambita linda!

Lau Gambale dijo...

Gracias Marianita (como dicen las tìas)

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Maira Gall