Ayer pensaba
qué ganas de sentir temperaturas un poquito más cálidas…. Creo que ando con ganas
de que llegue la primavera… Es eso.
Ya comí guiso, tomé sopa, estuve adentro de casa
muchísimo tiempo, usé la estufa al mango, disfrutamos de hogares y salamandras junto a Juan y Mare siempre que encontramos la ocasión. Ya viajamos un poquito y disfrutamos del sol de
invierno en horas tempranas… Ya viví el invierno húmedo y helado de la costa marplatense. Será por esas ganas de subir unos grados que la
propuesta de Anahí, la lectora en la ciudad, me pareció bien atinada para arrancar
esta nueva semana.
Los dejo con
ella:
Si
la mente viaja a otros lugares, a esta altura del año por lo general suele ir
hacia tierras más cálidas. Sugerimos cuatro libros que nos llevan a países
cercanos, hayamos estado allí en persona o no.
Aunque
no conozcamos un país en vivo y en directo, solemos tener una idea preconcebida
acerca de él. En Los culpables, de Juan Villoro (Interzona, 2011), cada
cuento muestra a México en forma cruda y, en algunos casos, juega entre el
México que vemos con ojos turistas y otro más real.
En
las anotaciones que forman el diario de viaje Unos días en Brasil de
Adolfo Bioy Casares (La Compañía, 2010), aparece este fragmento: "El mejor recuerdo del viaje: sentirme
solo en Brasilia, a muchos kilómetros de toda persona que sabe quién soy…"
¿Quién no vivió un momento semejante en un viaje solitario a cualquier lugar?
Otros fragmentos como éste se entremezclan con la agenda del viaje y con la
mirada del escritor sobre distintas ciudades de Brasil. Y
el lector se siente un poco espía al inmiscuirse en estas páginas tan
personales.
En Estuve
en Lisboa y me acordé de ti, de Luiz Ruffato (Eterna Cadencia, 2011), no
hay respiros: es, desde el principio hasta el fin, el monólogo de un hombre del
interior de Minas Gerais que viaja a Portugal como si fuera la realización de
su vida. Uno se imagina a este hombre sentadito y hablando sin parar, de la
misma forma que la narradora del cuento "Cómo vuelvo", de Hebe Uhart.
Con
la excusa de contar cómo dejó de fumar y cómo volvió a hacerlo, Serginho nos
pasea por su visión de su pueblo natal en Brasil y, luego, de una Lisboa
escondida, llena de inmigrantes ilegales.
Clarice
Lispector dice "Estas cosas que estoy escribiendo aquí no son, creo,
propiamente crónicas" (pág. 47). Pero ese detalle sobre género poco
interesa: Descubrimientos (Adriana Hidalgo Editora, 2011) es un libro
para degustar de a poco, de esos que se pueden intercalar mientras se lee una
novela, por ejemplo. Y si el lector no tiene miedo de hacer anotaciones en las
páginas, seguro subrayará muchos fragmentos para futuras relecturas.
Más
adelante agrega: "En esta columna de algún modo estoy dándome a
conocer". Y sí, uno concluye la lectura de esta recopilación de crónicas
(o de lo que sean), con la impresión de haber leído casi un diario íntimo.
Foto I: http://www.topit.me/item/73862
Gracias Ana, adoramos tus reseñas :)
¡Muy buena semana para todos!
2 comentarios
me dista ganas de comprarme un hogar a leña... se la bancará mi vecino del 7°? jejeeje! hermoso post! feliz invierno chicas, a leer mucho!
Buenas recomendaciones!!!
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