Todas para él

Amedeo Modigliari abre los ojos por primera vez un 12 de julio de 1884 en Livorno, Italia.

Sí, italiano, aunque su vida artística se desarrolló en París, donde vivió casi toda su vida y murió producto del alcohol y drogas de todos los colores. Antes de mudarse a París (en 1906), tomó clases de pintura con Guglielmo Micheli, pero le duró poco porque contrajo fiebre tifoidea y tuvo que mantenerse fuera de juego durante un largo rato. Cuando se recupera, luego de dos años, se inscribe en la escuela libre del desnudo, Scuola libera di Nudo en Florencia y en el Instituto de las Artes de Venecia. Hasta acá, Amedeo no tenía un mango… y nunca lo tuvo. Con su muerte, los cuadros de su autoría se revalorizaron por mil, pero esa es otra historia y él ni siquiera se enteró.

Volvemos: En 1906 se traslada a París para profundizar en pintura y conocer nuevos artistas. Cuando comienza a frecuentar la Academia Colarossi y las calles de París, se cruza con varios grandes con G mayúscula como Picasso, Gauguin y Toulouse-Lautrec y Cezánne, que lo influencian a él y a todas sus creaciones.

En 1907 conoce al doctor Paul Alexandre, quien lo convence para que se inscriba en el Salón de los Independientes y adopta el rol de “protector” del joven artista italiano. Al poco tiempo se suma como miembro a la Escuela de París -el grupo heterodoxo de artistas que trabajaron en París en el en el periodo de entreguerras que duró desde 1915 a 1940, vinculados a diversos estilos artísticos como el posmodernismo, surrealismo y expresionismo- y comienza a tomar fuerza y reconocimiento (entre los pares, nada de dinero, seguimos igual) por la creación de retratos y desnudos femeninos de tintes naturalistas pero más alargados. Un estilo muy de él, una marca en la vanguardia parisina y del resto de domun que se ganó con el esfuerzo de años, aunque se avivaron de lo groso que era una vez muerto, pena..

En 1920, cerró sus ojos.

Bueno, hasta acá leí yo. Les paso más data: Acá
Y buen día y vida.